viernes, 12 de agosto de 2011

Llegó el gran día.

Pues aquí estamos, a Viernes 12 de Agosto, a nada más unas horas para salir hacia Madrid donde cogeré mi vuelo hacia Japón. Como es lógico, este gran y largo y viaje ha acarreado muchas despedidas...

Ayer fue el día de salir con los amigos para despedirse, todo el mundo me ha deseado que me vaya muy bien y me lo pase genial allí, y todos me han dicho cuanto me van a echar de menos. Da gusto tener amigos así, y lo cierto es que por más nuevos amigos que haga en Japón, nadie podrá reemplazar a estos, gracias a todos por ser como sois!

Y hoy tocará la despedida más dura de todas, la de la familia. Ahí si que no voy a librarme de llorar como una magdalena por más esfuerzos que haga. Estoy encantadísima con esta oportunidad, con poder viajar y vivir donde siempre he querido, con poder ir a conocer su cultura de cerca, y compartirla en el día a día, hasta el más mínimo detalle, vivir y trabajar codo con codo con ellos, y como he dicho ya alguna vez, mi idea es que un año se acabe convirtiendo en muchos más. Como todos, soy consciente de que cada uno debe hacer su vida, donde quiera y como quiera, pero eso no quita lo familiar que he sido siempre, y sé que los voy a echar terriblemente de menos. A todo se acostumbra uno, dicen, espero que sea verdad, pero sé que el tenerlos tan lejos al principio me va a costar. Además, en concreto a esta parte de mi familia, le debo mucho, por todo lo que me han apoyado estos últimos meses que no han sido nada fáciles, y por estar siempre ahí dispuestos a echar una mano.Como sea, conociéndolos, sé que no voy a ser la única magdalena, aun que intentaré con todas mis fuerzas aguantarme los lloros hasta embarcar para que no se den peor rato, a ver si lo consigo cuando vea los suyos, que eso es superior a mi.

Por otro lado, al fin tengo todo listo, las dos maletas y la de mano. Tenía un pequeño problema con el equipaje de mano, que veía que se me iba a pasar de peso, así que he llamado a la compañía y me han confirmado, como yo leí en su web, que puedo llevar además de eso, un bolso de mujer o bolsa para portátil en el avión, lo cual, francamente, me ha salvado, así que todo solucionado, esta tarde iré por una bolsa de portátil nueva ya que la vieja era del otro pc enorme y no habrá problema ninguno.



Lo dicho, que no quedan mas que unas horas, medio día a lo sumo, para salir en el bus hacia Madrid, está todo listo y el pedazo de nudo de nervios en mi estómago también, que lleva ahí desde anoche y va aumentando cuanto menos falta, así que lo próximo que escriba será ya desde Japón, espero que desde mi casa y no desde un café, deseadme suerte para el viaje y mi aventura desde Narita hasta Tokyo City Air Terminal, que lo hago solita!

Nos vemos en Japón!

domingo, 7 de agosto de 2011

Erase una vez...

La Caperucita española en Tokyo (?)

Bien, vale, bromas a parte, digo yo que como es lógico, habrá que presentarse, ¿o no?

Pues bueno, aquí Carolina Núñez, comúnmente conocida cómo Hashimoto Karoru. ¿Qué puedo decir de este blog? Ahora que acabo de empezarlo y así en vacía, poco se puede deducir de él, pero si estáis leyendo esto en, quién sabe, unos meses adelante, creo que será fácilmente imaginable de qué trata. Para todos aquellos que hayáis llegado cuando este pequeño bebé aún está en proceso de crecimiento, creo que por el título podéis deducir bastante. Me voy a vivir a Japón. Más concretamente, a Tokyo, y para ser más exactos, al prestigioso barrio de Ginza, en el cual se encuentra también mi trabajo, pero vamos por partes. ¿Quién eres tú? Podéis estaros preguntando, pues muy sencillo, una española, natural de Soria (si no la conocéis es casi que normal, pero bueno, somos esa pequeñita ciudad tan aburrida pero bonita y tranquila del margen derecho de Castilla y León, limitando al este con Zaragoza, al Oeste con Burgos y Segovia, al norte con La Rioja y al Sur con Guadalajara. Seguro que si os hablo de los Numantinos y del asedio de Numancia, ya os va sonando más~), ahora mismo con 20 añitos y a falta de unos meses para cumplir los 21, medidas... vale, no, más bromas no.



¿Y qué hago yo cambiando la pequeñita ciudad de Soria por la inmensidad Tokyota?

Pues aquí la soriana lleva enamorada de Japón desde que tiene me memoria. ¿Y porqué Japón? Cosas del destino, quizá, ya que llegué a él casi que por casualidad y simplemente, me enamoré. ¿Porqué? Porque es un país fascinante, con una gente maravillosa y una cultura increíble. No creo que sea muy difícil enamorarse de este país, para que nos vamos a engañar.

Y bien, ¿cómo fue la historia?

¿Preparados para escuchar el cuento de la Caperucita Karoru? Pues aquí vamos:

Caperucita Karoru, de 6 tiernos añitos de edad,  llegaba todos los días de la escuela sobre las 5 y media, dejaba las cosas, se cogía su merienda y encendía la tele. Siempre ponía el mismo canal, creo recordar que era el 2, y en ese canal, a las 6 de la tarde, echaban una serie de anime llamada La Familia Crece. Seguro que a todos os suena, Miki y Yu, si mal no recuerdo, aquellos 'hermanastros' que no lo eran y demás... Pues Caperucita Karoru se veía la serie todos los días, y le encantaban esos dibujos y la música. ¿Os podéis imaginar a la enana Caperucita Karoru cantando, o bueno, intentando cantar los opening y los ending en japonés? Pues lo hacía, incluso los grabó con un radiocasete de juguete que tenía y los escuchó hasta saberselos de memoria aun que no supiese que decían. Y así, la pequeña Caperucita fue creciendo, poco a poco, y según crecía, iba descubriendo cosas sobre ese país (bendito internet~), como que esos dibujos que tanto le habían gustado tenía que ver con el manga y el anime, que venían de Japón, dónde estaba Japón, cosas de Japón... y así fue encontrándose con cosas tales como Kyoto, las geishas, los festivales, el sushi... y la música. Por suerte o por desgracia, esa Caperucita siempre ha vivido con la música arriba y abajo, y no podía faltar esta en su incursión nipona, y así descubrió el Visual Kei o Jrock, como prefiráis llamarlo. Y ya terminó de enamorarse. Poco a poco comenzó a saber más y más sobre el país, a conocer a más grupos musicales, a informarse sobre la cultura y... a estudiar japonés. Y así han pasado ya 8 años inmersos en Japón. Y como es obvio, esta Caperucita siempre quiso ir allí, pero hasta ahora nunca pudo hacer realidad ese sueño por unos problemas o por otros.

¿Y cómo ha conseguido la Caperucita no solo viajar allí si no, además, vivir y trabajar allí?

Pues veréis, una amiga de la Caperucita encontró una oferta de trabajo para un restaurante español en Japón que iba a abrir una nueva sede en Ginza, nada más y nada menos, cuya publicidad hacía el blog de una agencia de viajes asiáticos en España. Tras pensarselo, porque aun que la oferta era buenísima seguramente las probabilidades de ser escogida eran mínimas, decidió probar suerte y enviar su currículum. Cumplía todos los requisitos: Experiencia en hostelería, buena presencia (que mal está que yo lo diga), conocimientos del idioma japonés, y sobretodo, un amor descomunal por ese país y unas ganas tremendas de habitar en él. Aun así, después de enviarlo, lo dejó pasar, no le dio más importancia hasta que una mañana, al salir de la ducha, se encontró con un sms de la agencia, que decía que llamara, y al hacerlo, ¡sorpresa! el señor Nishizuka, el encargado del proceso de selección en España, le concertó una cita para que fuese a hacer una entrevista. En ese momento Caperucita casi tubo un paro cardíaco de la emoción (no tomar al pie de la letra xD). Y así pues, el día concretado, viajó a Madrid y se presentó en la entrevista, y ahí fue donde el señor Nishizuka le dijo que cumplía todos los requisitos, (si, también el de la buena presencia, que no lo he dicho yo xD), y que en vista de la pasión que había visto que tenía por Japón, creía que era la candidata perfecta para ir. Los otros 3 puestos ya estaban cogidos, así que este era el último, y de nuevo Caperucita estuvo al borde el infarto cuando salió de la agencia habiendo sido seleccionada (de nuevo exageración, pero de la llorera y el tembleque de manos si que no le libró nadie). Sin embargo, unos días después recibió una noticia muy mala por parte del señor Nishizuka, y es que los responsables en Japón habían hecho su selección allí y tenían otra candidata. El sueño de la Caperucita se vino a bajo. A pesar de ello, Nishizuka-san viajó a Tokyo, para presentarle los datos de la Caperucita al responsable de allí, e intercedió por ella, de manera que al final pudo decirle que si, que lo había conseguido y ella se iba a Japón. Durante todo este tiempo (y ahora mismo estamos a falta de 5 días para coger el vuelo a Tokyo) la Caperucita ha andado con pies de plomo, no fuese a ser que un día de estos se encontrase con otro cambio de planes y adió sueño de nuevo. Sin embargo, todo ha ido de maravilla, y la Caperucita se presentará en Tokyo el día 14 de Agosto bien tempranito.

¿Y qué hará allí la Caperucita?

Bien, la Caperucita trabajará como camarera en la nueva sede en Ginza de una cadena de restaurantes españoles, aun que también andará vendiendo carísimos vinos en la tienda de la misma, adémas, la maravillosa oferta llevaba incluidos los billetes de avión, tanto de ida como de vuelta, el alojamiento (compartido, aun que aún no sé con quién, si con la otra chica que fue seleccionada, ya que fuimos dos chicas y dos chicos, o quizá con alguna japonesa, cuando llegue allí lo veré) cerca del trabajo, así que en el mismo barrio de Ginza, dos comidas diarias, dos días libres a la semana para poder descubrir Japón al antojo y hacer amigos, un mes de preparación antes de la inauguración, sueldo, claro... perfecto todo, para que mentir.

Así pues, esta Caperucita creo que ya se ha presentado lo suficiente, ya sabéis de dónde viene, a dónde va y a hacer qué. ¿Qué es lo que quiere esta Caperucita para el futuro entonces? Que sea una experiencia magnífica e inolvidable, dar lo mejor de si en el trabajo ya que le han ofrecido la oportunidad, y así además de hacer que el señor Nishizuka que tanto la ayudó, se sienta orgulloso de su elección, con suerte, quizá, después de ese año le renueven contrato y en vez de un año pueda quedarse en ese país que tanto adora toda la vida. Además, quiere aprender cuanto le sea posible el idioma, las costumbres, la vida diaria y todo lo que concierne a Japón, y cómo no, hacer muchos amigos, tomar muchas fotos y pasar ratos maravillosos~ 

Así que, ya sabéis, si os interesa la cultura y el país nipón, y queréis saber cómo sigue la historia de la Caperucita soriana, sois libres de seguirme, de leerme y de comentarme, para mi será un placer compartir esta experiencia con todos aquellos que quieran leerla. Un saludo de la Caperucita y hasta la próxima!

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